Lázaro Báez y sus cuatro hijos, Leonardo Fariña y Federico Elaskar, entre otros, son juzgados por lavado de dinero proveniente de la obra pública durante la gestión del kirchnerismo.
El empresario detenido Lázaro Báez comenzó a ser juzgado esta mañana en debate oral y público junto otras 24 personas por lavado de activos, en lo que se conoció como la “ruta del dinero k”.
Entre los involucrados están Báez, sus hijos Luciana, Melina, Martín y Leandro, , el mediático Leonardo Fariña, el financista Federico Elaskar y Fabián Rossi, en el marco de la causa que analiza las maniobras realizadas a través de la financiera SGI, conocida como “La Rosadita”.
El Tribunal Oral Federal 4 emprende el primer juicio contra Báez, que está detenido desde abril de 2016 con prisión preventiva por orden de Sebastián Casanello, y otras 24 personas.
El debate tenía lugar en la denominada Sala AMIA, donde este martes se comenzó a dar lectura del requerimiento de elevación a juicio hecho por la Fiscalía a cargo de Guillermo Marijuan y las querellas de la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Oficina Anticorrupción (OA).
Ni bien comenzó el juicio, Báez aprovechó para saludar a cada uno de los hijos: Martín se sienta a su lado mientras que los otros tres unos bancos detrás y por momentos se lo vio sonreír.
Al igual que los otros dos con prisión preventiva, el contador Daniel Pérez Gadín y el abogado Jorge Chueco, Báez era custodiado de cerca por personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Tras la lectura del requerimiento de juicio, se prevé que los jueces den lugar a los planteos que puedan realizar todas las partes.
En el juicio no hay funcionarios públicos en el banquillo de los acusados pues el extitular de la AFIP Ricardo Echegaray recientemente fue elevado al Tribunal Oral, con el cual su juzgamiento será posterior; y la expresidenta Cristina Kirchner fue indagada y resta que el juez Sebastián Casanello defina su situación procesal.
De buen humor
El empresario Lázaro Báez se lo vio en todo momento de buen humor desde que ingresó a la denominada Sala AMIA.
Báez estaba sentado junto a su hijo Martín pero en un momento y bajo la mirada atenta del agente del Servicio Penitenciaria Federal, se paró para darles besos a sus otros hijos, Leandro, Melina y Luciana, quienes también están siendo sometidos todos a juicio.
El empresario, que se encuentra detenido desde abril de 2016, se mostró siempre de buen humor, incluso por momentos deslizó una sonrisa ante la atenta mirada de los jueces del Tribunal Oral Federal 4.
Por otra parte, el presidente del Tribunal, Guillermo Costabel, ironizó sobre la “puntualidad” para dar inicio al debate, puesto que comenzó a las 9.30, tal cual habían anunciado, y a raíz de que uno de los acusados y un abogado defensor no habían arribado a poco de dar inicio a la audiencia.